Estamos a tan sólo días de un nuevo 8 de marzo pero, sin duda, no es sin duda, un 8M más…
Frente al actual contexto de crispación política y en un clima de alta tensión de la campaña electoral que se nos avecina, en los últimos meses, hemos estado presenciando cómo se ha puesto en tela de juicio ciertos derechos que tanto costaron conseguir, y que ya dábamos por consolidados sin margen de ser cuestionados en esta España del siglo XXI pionera, hasta ahora, en legislación LGTBI, protección a las mujeres de violencia de género, Ley del Aborto convirtiéndose en un modelo de referencia para otros países en el mundo que “copiaron” nuestro marco legislativo para incluir las reivindicaciones feministas y LGTBI en un marco de aceptación de la diversidad y de garantía de igualdad entre ciudadanos independientemente de su raza, género, orientación sexual, atendiendo simplemente a la condición de seres humanos, de personas. Sin embargo, lo que hasta ayer dábamos por incuestionable, hoy ya no lo es tanto…
La irrupción con fuerza de una nueva formación política en la extrema derecha ha hecho saltar por los aires el consenso existente sobre la cada vez más creciente y evidente violencia de género (8 muertes en lo que va de año) y el rol de las mujeres en nuestra sociedad sin olvidar la criminalización de los inmigrantes o de cualquier pareja LGTBI que no sea hombre-mujer porque no es amor, es vicio “en palabras del nuevo fichaje del equipo de Comunicación de Vox, Juan E. Pflüger.
Y como si no fuera poco, en estas últimas semanas desde este nuevo partido que se autodefine “la derecha sin complejos”, el único senador designado, con la complicidad de PP y Ciudadanos, por cuyos votos gobiernan la Junta de Andalucía tras los resultados de las últimas elecciones de diciembre, ha tumbado una resolución contra la LGTBIFOBIA en el deporte. Días más tarde, posteriormente solicitaron en el Parlamento Andaluz el listado de los trabajadores funcionarios entre los cuales se encuentran médicos, psicólogos, personal sanitario en general, encargados de valorar los casos de violencia de género denunciados para “limpiar los factores ideologizantes” de sus resoluciones. En pocas palabras, una iniciativa que tiene como objetivo elaborar “Listas Negras” de funcionarios, que intentan paliar con asistencia, apoyo y protección a las víctimas de la violencia machista, y que nos retrotraen a un pasado que creíamos haber superado hace mucho tiempo.
Con este listón tan alto, las Tres Derechas se han lanzado a una alocada carrera, de cara al electorado más conservador, más españolista, para demostrar quién nos lleva más rápido a la España del Nodo en la que las mujeres tenían que seguir a rajatabla “La Guía de la Buena Esposa” de la Sección Femenina Franquista, donde se inculcaba desde pequeñas que tenían que permanecer en sus hogares al cuidado de sus hijos y, en pocas palabras, aceptar “lo que le echase” su marido desde infidelidades hasta agresiones verbales o físicas… Y en relación al colectivo LGTBI, cabe recordar que la homosexualidad, más allá de su Estigmatización Social, era perseguida con pena de reclusión en la cárcel.
Esa España que dejamos atrás hace tiempo, primero con la Ley del Divorcio del año 1981 y posteriormente con Leyes como la Ley del Aborto de 2010 o la Ley del Matrimonio Igualitario de 2004, está más cerca de lo que creemos… El escoramiento a la derecha del “nuevo” PP de Pablo Casado con su intento de volver a la ley del Aborto de 1985 o su ninguneo a la violencia contra las mujeres equiparando la misma a la de abuelos, niños, padres, bajo la etiqueta de “Violencia Doméstica”, postulados que suscribe a pie juntillas su nuevo socio de gobierno en Andalucía, Vox, o el rechazo de Inés Arrimadas a la huelga del 8M del año pasado por “… luchar contra el patriarcado, el machismo y el capitalismo…» y la limitación del movimiento feminista al comunismo, son una muestra tan sólo que, en vísperas de dos campañas electorales en menos de dos meses, este 8M no es un día cualquiera...
Este 8M tiene que ser una oportunidad histórica que trascienda al movimiento feminista, para demostrarle a lasTres Derechas que no queremos volver al pasado, que España ya no es lo que era hace 40 años y que no estamos dispuestos a retroceder ni un paso más porque no, esa España no la queremos.
Este 8M tenemos que abarrotar las calles para gritarle a las Derechas, en sus tres formatos, que nuestras libertades y nuestros derechos no se negocian, que no son moneda de cambio por sillones para gobernar un ayuntamiento, una comunidad autónoma, o el mismo gobierno de España… El sufrimiento de miles de mujeres maltratadas, la homofobia o el racismo no pueden ser el peaje para que un candidato de cualquiera de estas formaciones satisfaga sus ansias y ambiciones de poder… ¡Es hora de decirles que con nuestras libertades y derechos no se juega!
Mientras su idea de España se limita a agitar una bandera, a ser hombre, heterosexual, de Cuenca, Ávila o Valladolid, de misa de domingos, este 8M los que nos negamos a volver a la España de “Pensamiento Único”, agitaremos las banderas de la Igualdad, de la Diversidad, de la Justicia Social y gritaremos bien alto y bien fuerte que somos una sociedad plural, abierta, que acepta la diversidad lingüística, religiosa, de género, sexual, de raza… donde cabemos todos, nosotros y ellos...