El pasado 20 de febrero, el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, presentaba el proyecto del “Corredor atlántico”. Junto a él, la presidenta de Adif, Isabel Pardo Vera y el secretario general de Infraestructuras Javier Izquierdo, estaban presentes en la intervención.

El ministro, insiste en que las infraestructuras y el transporte tienen un papel en la política del gobierno, así como es la construcción del país. Por ello, este proyecto pretende ofrecer una visión de España moderna, cohesionada y competitiva, considerado como un auténtico proyecto de Estado, ya que beneficia a Galicia, Asturias, Castilla y León, Extremadura, Andalucía, País Vasco, Castilla La Mancha, Madrid y Cantabria.

El proyecto trata de optimizar y llevar a cabo mejoras efectivas en los servicios logísticos para las empresas del sector industrial y exterior que operan en las comunidades del Corredor, permitiendo que las empresas perciban menores costes, menores incidencias, menos trámites y más fiabilidad en sus transacciones desde los puertos de la fachada atlántica hasta el núcleo de Europa, en ancho estándar, por vía electrificada y sin barreras técnicas. Además, contribuirá a la creación de puestos de trabajo y a la competitividad de la economía productiva.

Según Ábalos, estas actuaciones llevan consigo un riesgo de quedarse obsoletas, ya que se trata de una red bastante abandonada, no obstante, se trabajará en actuaciones orientadas a una modernización de la red: implantación de ERTMS, duplicación de vías, aumento de velocidades, mayor longitud de trenes, mayor carga por eje, etc. A su vez, según Ábalos también ha comentado la desventaja a la que se enfrenta el atlántico respecto al mediterráneo, pues el peso demográfico y económico en España tiende a sustentarse más en Mediterráneo y Madrid que hacia el oeste.

Es por ello que a pesar de las dificultades y riesgos, este nuevo corredor tenga el objetivo de compensar los desequilibrios existentes, recuperar retrasos y explotar capacidades de la España atlántica, como la tradición industrial, la laboriosidad o el emprendimiento característico de la zona.

Además, pretende ir más allá y transformarse no sólo en la península. Aspira a consolidarse como una infraestructura que pueda integrarse en Europa y en el mundo, teniendo continuidad en países vecinos como Francia y Portugal, siendo capaz de unir un espacio europeo abierto y diluir barreras a través de itinerarios transnacionales.

En cuanto a los presupuestos a los que se enfrenta, se estima que la inversión ejecutada supere los 41 mil millones de euros cuando todas las actuaciones estén en servicio, tanto para viajeros como para mercancías. Ábalos ha destacado un aumento de 16.872 millones de euros por las actuaciones pendientes que han de ejecutarse.

Retos para el corredor Atlántico

El principal reto para este Corredor Atlántico será operar en un entorno de responsabilidad y estabilidad institucional.

Además, se presentan retos próximos a tener en cuenta como:

• Aprobación de la inclusión de nuevos itinerarios en la Red Básica europea.
• Hacer una revisión en el año 2023 de la Red Básica y Global para redefinirla con óptimas modificaciones.
• Concienciar sobre la importancia de un corredor transeuropeo, capaz de continuar más allá de nuestras fronteras.
• Mejorar los procesos de planificación y ejecución de las infraestructuras en beneficio del interés público.
• Mejorar la complementariedad de las funciones del sector público (generar el marco normativo, creación de infraestructura y una correcta planificación) y el sector privado (crear actividad económica).