Los barones populares que se escandalizaron de los exabruptos de Pablo Casado y eludieron acudir a la concentración de la Plaza de Colón en Madrid, han sido llamados a rebato y finalmente acompañarán a su líder, que ha ofrecido viajes gratis a la capital apelando a los “españoles de bien” para que llenen la plaza madrileña. Casado ha removido a amplios sectores del PP, pasando por la derecha al ultra Santiago Abascal, con un discurso desatado, insultón e incluso objeto de denuncia penal. Muchos analistas consideran que “Casado es un peligro para la salud democrática de este país”.
División en el Partido Popular ante la exacerbada postura de su líder, Pablo Casado, que ya no oculta su simbiosis con la ultraderecha, elevando el tono sin control y reactivando la vía del odio con insultos de alto calibre contra un presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, que lo único que ha hecho es tender puentes de diálogo y comunicación con los independentistas catalanes, en una situación de clara de emergencia nacional, cara a resolver la crisis que tanto Mariano Rajoy como su antecesor, José María Aznar, tanto contribuyeron a crear.
Pese a que Alberto Núñez Feijóo y Juan Manuel Moreno han mantenido la línea marcada por su partido en sus últimas declaraciones, sorprendían este jueves al excusarse por no poder participar en la convocatoria de Pablo Casado este domingo. Mientras que el primero justificó su ausencia por un viaje ya programado con anterioridad, el segundo alegó compromisos personales.
En pocas horas, los dos dirigentes recibieron sendos toques de atención, lo que les llevo a rectificar su postura y confirmar asistencia el domingo. No es el caso de Alfonso Alonso, que ya había anunciado su participación en un acto cívico por el 16 aniversario del asesinato de Joseba Pagazaurtundúa y ha declinado la invitación de acudir a la Plaza de Colón de Madrid este fin de semana por la “unidad de España”.
Casado busca llenar las calles a toda costa. Tanto es así que ha animado a los “españoles de bien” a acercarse a las sedes del Partido Popular en cualquier punto de la geografía, donde les facilitarán el traslado a la capital, “hasta que se agote el presupuesto”, apostilló. Todo un despliegue de medios con un único fin: que la “presión de la calle” obligue a Sánchez a convocar elecciones.
Casado, en el punto de mira del PP
Pese a que las discrepancias entre Casado y la parte más crítica de su partido comienzan a ser más que evidentes, el líder del PP no se reprime en sus declaraciones y cruza líneas rojas como la del aborto, uno de los temas que la formación siempre ha querido eludir y que llevó a Mariano Rajoy en 2017 a introducir el voto de conciencia con el fin de que ninguno de sus compañeros de bancada fuera multado por no mostrarse en contra de propuestas ajenas.
Traidor, okupa, felón, cobarde, ridículo, incapaz, desleal, irresponsable, rehén, mentiroso, ególatra, mediocre, incompetente o ilegítimo son solo algunos de los calificativos que ha recibido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por parte de Casado en los últimos días. Una escalada de violencia verbal que no ha sentado bien en el PP y que ha dividido a la formación entre quienes reprochan que esta actitud puede jugar a la contra y reunificar a la izquierda frente al crudo ataque del popular, y quienes defienden y replican sus declaraciones como es el caso de la portavoz en el Congreso, Dolors Montserrat: “Todos conocemos que realmente ETA era una banda que también utilizaba el chantaje y la violencia para romper España a través del País Vasco”.
Rivera, entre la espada y la pared
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, no ha tardado en desmarcarse de las polémicas declaraciones de su homólogo popular, al que ha acusado de “dividir a los españoles con debates puramente ideológicos”.
Casado choca además con Ciudadanos en uno de los escollos que más quebraderos de cabeza le ha traído esta semana: el aborto. En el caso de intentar iniciar proceso alguno para derogar la ley actual, tal y como aseguró el popular este jueves, se encontraría en frente a la formación naranja, que en este caso iría de la mano de PSOE y Podemos.