Alemania, Francia y otros siete países de la Unión Europea (EU) consideran que los migrantes rescatados del Mediterráneo deben distribuirse en diversos países, al menos de manera temporal. Los miembros de la Unión Europea deberán llegar a un acuerdo en la reunión de Bucarest para dar solución a los migrantes que llegan continuamente y no adoptar medidas temporales continuamente, sino plantear una política de asilo común.
La idea de Francia y Alemania se basa en que más países de la UE acojan migrantes. Respaldados por otros países como Portugal, Irlanda, Rumanía, Luxemburgo, Holanda, Italia o Malta, en Bucarest se buscará una solución común que no lleve a futuros conflictos sobre quién acoge a posibles refugiados. Así lo ha declarado a los medios Stephan Meyer, secretario de Estado Alemán, "me parece indigno que cada vez que un barco es rescatado tengamos el debate sobre qué países están dispuesto a acoger a estas personas".
Es en base a resolver estos conflictos entre los países miembros por lo que se busca una solución común. “Para nosotros es importante crear un mecanismo de reparto en el que participen muchos países. Por ahora son nueve, pero eso es insuficiente", ha explicado el secretario alemán. La medida vendría a sustituir temporalmente a la reforma del régimen europeo, bloqueada desde hace dos años.
Al igual que el secretario alemán, el comisario de Inmigración, Dimitris Avramópulos, también se mostró favorable a mecanismo "temporal". Además, pidió mayor voluntad política, ya que las los migrantes han llegado a los diferentes países miembros para quedarse. Por su parte, el ministro de Interior de Malta, Michael Farrugia, se mostró favorable a la medida, pero considerando que hay que ser cautelosos con las mafias que trafican con personas. "Tenemos que abordar el modelo de negocio de estas mafias en lugar de solo tratar de salvar y distribuir a los migrantes", dijo.
Situaciones como las de los buques Sea Watch y Sea Eye, donde cuarenta y nueve inmigrantes rescatados estuvieron dos semanas en alta mar, ya que Italia no permitía el acceso, se podrían haber evitado. Por ello, se busca que estos hechos no vuelvan a ocurrir.
A pesar de la caída del 92% del número de inmigrantes que llegan a la UE con respecto al año 2015, el número de personas que entraron de forma irregular fue de 150.000 en 2018. En el caso de España, por segundo año consecutivo, el número de llegadas se duplicó hasta alcanzar las 57.000 personas.