Cuando la derecha española es desalojada del poder siempre pone en marcha el mismo mecanismo para tratar de recuperarlo en el menor tiempo posible. Su capacidad para desatar un ruido ensordecedor y para enfangar la vida política española no parece tener límites. En esto son unos expertos en el Partido Popular, y Ciudadanos aprende a pasos agigantados. Las dos derechas han encontrado en el tema catalán, ese que no supieron resolver durante sus largos años de mandato, su particular mantra.
La vicepresidenta del Gobierno de España, Carmen Calvo, acudió ayer al Senado para responder a las preguntas de la oposición en la sesión de control. El portavoz popular, Ignacio Cosidó, que cada vez está más tocado por las informaciones que le relacionan con el escándalo del caso Kitchen, volvió a preguntar sobre la situación política de Cataluña. Calvo recriminó la actitud del Partido Popular y afirmó que "dejen que el Gobierno dialogue y que, con la ley y el diálogo, encuentre soluciones".
La vicepresidenta también criticó al PP por "enfrentar a Cataluña con España y a España con Cataluña”. Además, censuró el comportamiento de los conservadores en su etapa al frente del Gobierno, puesto llegaron en 2011 “con un 10% de voto independentista y lo dejaron con un 47%”. La vicepresidenta apuntó que el PP no dialogó ni respetó la pluralidad ideológica de Cataluña, y que dejó “empantanados” los problemas de los catalanes, entregando “todo ese problema a la Justicia” y “escurriendo el bulto de las responsabilidades”.
En su respuesta, la número dos del Ejecutivo también dejó claro que el Gobierno no hará nada “al margen de la Constitución” y, ante los ataques de Cosidó al presidente Sánchez, recordó que “Sánchez, en ocho meses, ha acudido al Senado casi lo mismo que Rajoy en 19 meses”. Finalmente, tiró de ironía y agregó: “Si dialogar es un delito, soy culpable y espero mi condena. Este Gobierno cede al diálogo siempre, ¿le parece raro en un Gobierno en democracia”.
Hace tan solo unas semanas los partidos de la oposición pedían "luz y taquígrafos" en el diálogo del Gobierno de España con la Generalitat y ahora que se anuncia la participación de un "relator", la derecha considera que Pedro Sánchez ha claudicado al independentismo con lo que ello denominan un "mediador". La vicepresidenta del Gobierno fue la encargada de explicar la posición del Gobierno "no hacen falta mediadores, ni para el Gobierno ni para el PSOE. Si acaso alguien que pueda tomar nota, que pueda convocar, que pueda coordinar porque hay diferentes partidos, pero no hacen falta mediadores para estar dentro de la ley". Por eso, Calvo se refirió a esta figura como la de un "relator" "alguien que entiende lógicamente de política, no vamos a sentar a alguien ajeno a la situación de Cataluña en España".
El ministro de Exteriores, Josep Borrell, acompañó a la vicepresidente en el Senado y a preguntas de un senador catalán afirmó que el Gobierno no pone más límites en el diálogo que la ley y la Constitución. Pero avisó que su estrategia de "desinflamar" debía ya dar resultados, de lo contrario "si se hace depender de condiciones imposibles (como la petición de la autodeterminación o la libertad de los acusados que se encuentran en prisión) entonces habrá que suspender la terapia del ibuprofeno", sentenció el ministro.
El Partido Popular reaccionó de manera airada a la noticia sobre la participación de un "relator" y en un comunicado fijaron su posición afirmando que ese gesto significa, "en la práctica, poner en el mismo nivel de legitimidad el Estado de Derecho constitucional y la ruptura del mismo" y "legitimar como admisibles las demandas separatistas".
En una línea parecida se situó Ciudadanos que a través de sus perfiles en las redes sociales afirmaron que "Sánchez vuelve a ceder ante los separatistas y acepta un "mediador" para sus negociaciones con Torra. Una humillación intolerable para España. ya basta, señor Sánchez, no todo vale por el poder".