Unas 700 cuentas y grupos de la red social formaban parte de una trama internacional que quería influir políticamente en los países occidentales
Las 700 cuentas que tejían esta red operaban en más de 20 países y contaban ya con 1,9 millones de seguidores en Facebook y 250.000 en Instagram. Uno de los ejes de la operación tenía como objetivo España. Este control desde fuera del país, así como las falsas identidades, han dado motivo a Facebook para su supresión. “Lo hacemos por el engaño, no por el contenido”, ha declarado a los medios internacionales el jefe de ciberseguridad, Nathaniel Gleicher, añadiendo que ,siendo cuentas diseñadas para parecer locales, usaban las lenguas de cada país. Ésta es ya la tercera vez desde agosto que la red social actúa contra páginas iraníes.
El contenido eliminado estaba vinculado con el conflicto entre Israel y Palestina, Siria, Yemen y el papel de Estados Unidos en el mundo. Tenían como objetivo la desinformación, pero sin dirigirse a nadie ni a ninguna comunidad en particular, según Gleicher. La idea era manipular el discurso público en cada uno de los países y difundir puntos de vista de los medios iraníes. Sus publicaciones mostraban un fuerte sesgo político en defensa del gobierno de Teherán y contrario a los países occidentales, Arabia Saudí e Israel. Lo que aún no ha podido confirmar la compañía de Mark Zuckerberg es si detrás de esta trama está el gobierno iraní.
La red social ha compartido el nombre de 97 de las páginas con el Laboratorio Forense Digital para que analicen su comportamiento. En concreto, la que publicaba contenido español tenía como eje el conflicto entre Israel y Palestina. El resto ya habían sido eliminadas por una mezcla de sistemas automatizados, detectores de spam o el equipo de integridad.
Graham Brookie, director de dicho Laboratorio, define esta red como “sofisticada, involucrada con audiencias estrechamente diseñadas en varias lenguas y con un alcance sustancial”. Operaciones previas a ésta, según el Laboratorio, habían tenido como único objetivo presentar contenido a una audiencia seleccionada. En este caso, la trama, en la que habían invertido ya 30.000 dólares, trató de crear eventos, pero nunca llegaron a reunir suficientes participantes.
Brookie ha destacado el trabajo coordinado con Twitter: “Lo más notable de esta acción es la colaboración sectorial entre Facebook y Twitter. La desinformación no ocurre en un lugar limpio y bien definido”, ha dicho. Twitter, por su lado, ha eliminado miles de cuentas basadas en Bangladesh, Rusia, Irán y Venezuela.