La portavoz de Unidos Podemos en el Congreso de los Diputados,
Irene Montero, ha
rectificado la posición de su partido tras la crisis provocada por
Íñigo Errejón y su decisión de concurrir a las próximas elecciones autonómicas en Madrid bajo las siglas de Más Madrid. Tras el primer impacto en el que los líderes del partido morado afirmaban que "todos los puentes están rotos", ahora el acuerdo aparece como una solución para cerrar la crisis más profunda del partido en sus apenas cinco años de historia. Entre medias, el secretario general en la Comunidad de Madrid, Ramón Espinar, presentó su dimisión y ha dejado todos sus cargos en la Asamblea madrileña y en el Senado. Pero ahora,
Montero, que sustituye
Pablo Iglesias en su baja de paternidad, ha marcado como principal objetivo impedir que PP, C"s y Vox puedan gobernar en la Comunidad de Madrid.
El pasado 17 de enero,
Íñigo Errejón abrió la mayor crisis política de Unidos Podemos en sus lustro de vida. Uno de los fundadores de la formación y mano derecha del líder Pablo Iglesias hacía pública su decisión de concurrir a las elecciones autonómicas bajo las siglas de la plataforma formada por la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. Renunciaba así ha presentarse con la candidatura de Podemos. Ese mismo día, Pablo Iglesias rompía su baja paternal para anunciar que la decisión de Errejón y Carmena se había tomado a espaldas de su partido y
suponía poco menos que una puñalada a traición. También dejaba claro que su partido buscaba ya una candidatura alternativa para luchar en los comicios por el voto de la izquierda en la región. Situaba así a su antiguo compañero como el enemigo a batir. Y todos los analistas políticos vaticinaban el desastre en las cercanas elecciones de mayo.
No había pasado una semana cuando la crisis provocada por Errejón se hizo más profunda con
la dimisión del secretario general de Podemos en la Comunidad de Madrid, Ramón Espinar. Superado el disgusto inicial, y tras anunciar rotundamente que todos los puentes estaban rotos con Errejón, la situación volvía a cambiar este lunes. La portavoz de Unidos Podemos en el Congreso de los Diputados, Irene Montero, anunciaba que su principal objetivo en la región es impedir que las derechas gobiernen como lo hacen desde hace unas semanas en Andalucía. Para ello, afirmó que "Unidos Podemos tiene que estar presente para ganar al PP, Unidos Podemos está creando un proceso participativo inclusivo en el que todo el mundo pueda participar y está también en disposición de hablar con todo el mundo para llegar a la máxima unidad posible para ganar al PP, que es nuestra prioridad".
En ese llamamiento para incluir a todo el mundo también incluyó a Errejón con un lacónico "por supuesto" cuando se le preguntó por esta posibilidad.
Montero dejó claro que todo el mundo está invitado y quiso diferencias dos fases en su posible hoja de ruta hasta las elecciones "Tenemos que hacer el máximo proceso de unidad antes de las elecciones: primero tenemos que construir una candidatura en un proceso lo más participado e inclusivo posible, todo el mundo está invitado a nuestros encuentros programáticos".
En una segunda fase, ya después de las elecciones, Montero declaró que hablarían "con todos los actores que, aunque no hayan querido sumarse a ese proceso, quieran que en la Comunidad de Madrid no gobiernen los trillizos reaccionarios (PP, Cs y Vox)".
El cambio de opinión de la cúpula de Podemos, incluido su secretario general, Pablo Iglesias, ha tenido mucho que ver el llamamiento a la unidad que se ha hecho desde todos los territorios. El pasado viernes, en Toledo, diez secretarios generales, que también estarán en
el Consejo Ciudadano del próximo miércoles, apelaron a "la confianza, la unidad, la coordinación y la negociación" en una declaración que bautizaron como la "Declaración de Toledo". En este documento, los dirigentes regionales apostaban por reconducir la situación en Madrid y sentarse con Íñigo Errejón para intentar presentar una sola candidatura que evite el desastre que sería concurrir a las elecciones separados.