Albert Rivera no ha querido dar nombres, pero sí ha afirmado que propondrá para la Junta de Andalucía a personas independientes de reconocido prestigio. Ha aprovechado también para desmarcarse de las propuestas de Vox y afirmar que "solo se va a tragar los sapos que ha firmado". Por tanto, asegura Rivera, no apoyarán medidas que supongan pasos atrás en los derechos del colectivo LGTB o en el apoyo a las "mujeres maltratadas". PP y Vox negociaron sobre la base de la derogación de las leyes de Violencia de Género y de Igualdad de Derechos y Protección a las personas LGTB de la Junta de Andalucía, aunque finalmente salieron del acuerdo definitivo. Rivera ha garantizado que la dotación económica para ayudar a las mujeres maltratadas no caerá en ningún momento. Sin embargo, sí se ha mostrado partidario de negociar con la extrema derecha si las propuestas que realizan son "razonables".

Respecto a la Ley de Memoria Histórica de la Junta, Rivera ha apostado por una Ley de Concordia, que "no contenga un componente guerracivilista, sino de reconciliación". No ha hablado de extranjería, pues dice que no corresponde a la Junta legislar sobre ello, y ha rechazado el cambio del día de Andalucía al 2 de enero.

De esta manera, Ciudadanos intenta desmarcarse del vínculo con la extrema derecha. Hasta ahora, el papel negociador con Vox lo ha llevado a cabo el Partido Popular. Ciudadanos se ha mantenido alejado de las fotos con los líderes nacionales o regionales de esta formación, intentando así hacer pasar por alto el hecho de que sus votos son imprescindibles para que saliese adelante cualquier acuerdo en la Cámara, empezando por la investidura. De hecho, la presidenta del Parlamento, la parlamentaria Marta Bosquet, de Ciudadanos, lo es gracias a los votos de Vox.

Una vez más, los anuncios de las negociaciones que se llevan a cabo en lo relativo a la Junta de Andalucía lo anuncia un líder nacional de los partidos que integran el pacto. La negociación de la gobernabilidad de Andalucía se está llevando desde las sedes nacionales de los partidos. Algo paradójico si tenemos en cuenta que Andalucía es una de las regiones que más pelearon su autonomía, llegando a aprobar en referéndum el 28 de febrero de 1980 una autonomía que en principio les dejaba en una posición distinta de las comunidades históricas. Hoy se debate en esa comunidad si las competencias en Sanidad o Educación deben volver a ser estatales, algo que supondría un retroceso en el autogobierno y para lo que haría falta una reforma estatutaria.