Pedro Sánchez ganaría las elecciones con un 22,1% de votos y 90 escaños. Ciudadanos, que sorpassa al Partido Popular en votos, quedaría en tercera posición en el Congreso con un 18.5% de votos y 64 asientos, 11 menos que el PP que con 75 escaños sería la segunda fuerza del hemiciclo pese a caer al 18,3% de los votos, favorecido por el sistema electoral. Podemos cae en votos y escaños para situarse en 59 con un 17.1% de votos. Vox, la fuerza de extrema derecha con la que negocian populares y ciudadanos en Andalucía, se haría con 32 escaños y un 12,5% de votos. La suma de los tres, en caso de mantenerse la alianza que empieza a tejerse para gobernar la Junta de Andalucía, se quedaría en 171 escaños, a cuatro de la mayoría absoluta. PSOE y Podemos, en caso de reeditar el pacto que impulsó la moción de censura contra Mariano Rajoy, se quedan con 149 diputados y diputadas.

Algo inédito está sucediendo en la política española. No solo el cambio de escenario a un pentapartido, sino la extraordinaria volatilidad interna que por primera vez sufre la derecha. Tradicionalmente, los votantes del Partido Popular han sido fieles y elección tras elección continuaban yendo a las urnas a votar las mismas siglas. De hecho, si comparan la victoria de José Luís Rodríguez Zapatero en 2008 y la derrota de Alfredo Pérez Rubalcaba en 2011, los votos al Partido Popular son casi los mismos. El factor decisivo es la caída del PSOE. En esta ocasión, según se deduce de esta encuesta de Sociométrica, solo el 39% de quienes votaron al Partido Popular en las anteriores elecciones de 2016 volverían a hacerlo hoy. El resto de votos se fugan a otras opciones como Ciudadanos (que recogería un 25% de ese apoyo perdido por los de Casado) y Vox (a quien votaría un 21% de los ex votantes populares).

Los votantes parecen dar la espalda al nuevo PP de Pablo Casado que ha optado por desplazar su eje a la derecha para competir con la extrema derecha. Como vemos, se trata de una estrategia arriesgada que por ahora no parece tener resultados. Los votantes de extrema derecha que tradicionalmente recogía el Partido Popular tienen ahora una fuerza que les represente y de ahí la volatilidad y el crecimiento de este partido. Sin embargo, las fugas por su izquierda, a Ciudadanos, suponen uno de cada cuatro votos perdidos. Hay sectores de votantes populares que no están de acuerdo con la radicalidad de acoger los postulados de la extrema derecha y lo manifestarían así en unas hipotéticas elecciones. Ciudadanos, que crece a costa del PP, tiene una posición complicada respecto a las distintas voces que presentan en los territorios que dicen una cosa y hacen la contraria con la extrema derecha

La formación de extrema derecha llegaría incluso a ganar en la Comunidad de Madrid, con 8 escaños y un cuádruple empate a 7 entre las demás fuerzas. Andalucía, pese a lo ocurrido el 2 de diciembre, volvería a votar mayoritariamente socialista y dejaría al PSOE en primer lugar con 20 de los 61 escaños. Con ese impulso, la victoria en Castilla la Mancha y el casi empate de Castilla y León, Pedro Sánchez se podría asegurar un escenario de negociación favorable, ya que sus apoyos en la investidura tampoco salen mal parados de esta consulta. Esquerra Republicana de Cataluña sumaría 13 escaños y Partido Nacionalista Vasco llegaría hasta 6 diputados.