En septiembre de 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan de acción con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, destinado a transformar el mundo en un lugar habitable. De estos objetivos, el número 11 aborda una serie de acciones estratégicas que incluyen hacer que nuestras ciudades sean inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles como prioridades principales.
España y los países de nuestro entorno, se están decantando cada vez más hacia un nuevo modelo de sociedad basada en la digitalización de la economía y la robotización con inteligencia artificial, organizada en torno a la gestión de datos. El ámbito municipal es, por excelencia, en el que se van a desarrollar las nuevas formas de economía colaborativa, social y solidaria, y donde también, nuevas formas de la economía de los cuidados y del bien común van a florecer.
Por tanto, es necesario que para proporcionar mejores condiciones de vida a las generaciones actuales y futuras, las ciudades deban mejorarse adoptando una ruta inteligente y, al mismo tiempo, centrándose en el aspecto de la sostenibi-lidad. Supone por tanto, hacer que nuestras ciudades sean más inteligentes, más saludables y más amigables, pero... ¿qué significa cada uno de estos términos?
Ciudades inteligentes
Una ciudad inteligente es aquella que incorpora tecnologías de la información y comunicación (TIC) para mejorar el rendimiento y la calidad de los servicios urbanos , como energía, conectividad, transporte, servicios públicos y otros, a fin de reducir el consumo de recursos, los residuos y los costos generales. En definitiva, el objetivo general de la ciudad inteligente es la sostenibilidad: ambiental, económica y cultural de forma que satisfagan las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Además, según algunas investigaciones, las tecnologías de las ciudades inteligentes, podrían ahorrar a las empresas, gobiernos y ciudadanos de todo el mundo más de 5 trillones de dólares (4,4 billones de euros) al año a partir de 2022.
Ciudades saludables
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una ciudad saludable es una ciudad comprometida con el bienestar de sus habitantes , que cuenta con procesos y estructuras para conseguirlo y que continuamente trata de mejorar sus entornos físicos y sociales y expandir los recursos comunitarios para permitir el máximo desarrollo de las personas. Por otra parte, para la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) responsable de la Red Española de Ciudades Saludables (RECS), una ciudad saludable es aquella que se compromete con la salud, tiene una estructura que trabaja por ella y prioriza este objetivo en todas sus actuaciones.
Una ciudad saludable puede promover la salud y la equidad en la salud, al mismo tiempo que promueve otros objetivos de desarrollo sostenible. De hecho, el texto suscrito en el Consenso de Shangai sobre Ciudades Saludables de 2016, subrayaba que la salud se forja en el ámbito local y que, además, la buena salud de los ciudadanos es “una de las señales más contundentes e inequívocas de que una ciudad ha logrado un desarrollo sostenible ”.
Ciudades amigables con las personas mayores
El fin de las ciudades amigables con las personas mayores es anticipar una respuesta a dos realidades que se considera que tendrán un gran impacto a mediados del siglo XXl: el progresivo envejecimiento de la población mundial y la tendencia creciente a vivir en las ciudades . Se trata de mejorar las condiciones de vida de estas personas incidiendo en aspectos claves de la vida urbana que pueden influir en la salud y la calidad de vida de las personas mayores, como son: los e spacios al aire libre y edificios, el transporte, la vivienda, la participación social, el respeto e inclusión social, la participación cívica y empleo, y los servicios sociales y de salud .
En una ciudad amigable con las personas mayores, las políticas, servicios y estructuras relacionadas con el entorno físico y social están diseñadas para apoyar y permitir a las personas mayores
envejecer activamente , es decir, para vivir con seguridad, gozar de buena salud y seguir participando plenamente en la sociedad.
El futuro de nuestras ciudades: la sostenibilidad
Para 2050, se espera que el 66% de la población mundial viva en áreas urbanas. El desafío será suministrar a estas poblaciones recursos básicos como alimentos seguros, agua limpia y suficiente energía, al mismo tiempo que se asegura la sostenibilidad económica, social y ambiental en general.
En definitiva, ha llegado el momento de hacer un enfoque integral sobre el desarrollo de nuestros pueblos y ciudades, ya no se trata sólo de hacerlas amigables con las personas mayores, ni siquiera de hacerlas saludables e inteligentes, se trata también de hacerlas sostenibles, de forma que asegure un mundo mejor, para ésta y las generaciones venideras. A medida que la convergencia de estos modelos se haga más visible en la vida cotidiana de la ciudadanía, se podría comenzar a ver cambios a gran escala en nuestras ciudades.
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Fuentes: Organización Mundial de la Salud (OMS), Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI), Red Española de Ciudades Saludables (RECS), Red de Comunidades y Ciudades Amigables con las Personas Mayores.