El líder ultraderechista de Vox ha lanzado una clara advertencia a las otras dos derechas que quieren gobernar Andalucía al avisarles de que su partido "no va a votar un gobierno que no se siente a escuchar y atender a los representantes y las propuestas de 400.000 andaluces". Y no es la primera vez que lo advierte ya que hace dos días afirmó que "me preocupa que los que se disponen a gobernar Andalucía no sepan sumar".
El día en el que las derechas de Andalucía, PP, Ciudadanos y Vox han conseguido asumir el control del Parlamento regional por primera vez en democracia ha acabado con la advertencia del líder del partido ultraderechista Vox a sus otros dos "socios"de que si quieren que haya un gobierno diferente al actual en la Comunidad deberán escuchar y debatir las propuestas de su formación política.
Así lo ha afirmado Abascal en su cuenta de Twitter y por tanto, Juanma Moreno, que optará a presidir la Junta de Andalucía, deberá sentarse con su homólogo de Vox en la región, Francisco Serrano, para abrir nuevamente la negociación que ya estaba cerrada con Ciudadanos y modificar el acuerdo programático de 90 medidas hecho público por ambas formaciones.
Y no es un asunto baladí ya que entre esas propuestas hay algunas que entran en confrontación directa con el ideario ultraconservador del nuevo partido de extrema derecha Vox. Como ejemplo son la defensa del Estatuto de Autonomía de Andalucía, que Vox quiere liquidar; o las leyes de protección a las mujeres contra la Violencia Machista en la que tampoco creen los ultraderechistas.
Francisco Serrano ha ratificado punto por punto lo que ha defendido su líder nacional a la salida del pleno de constitución de la cámara regional y, aunque ha dejado claro que no van a entrar en "pactos de gobierno" también ha afirmado que quieren hablar de "cuestiones programáticas que afectarían a la investidura". Serrano, igualmente, ha dicho que lo acordado hasta ahora solo ha sido para ocupar la mesa del Parlamento.
A partir de este momento, "tenemos dos meses para que se haga la investidura de la forma más correcta", ha recalcado. Y aunque ha dicho no trazar "líneas rojas" pondrán encima de la mesa de negociación "los 100 puntos hechos públicos por Vox de lo que tiene que ser nuestro programa de gobierno en España y en Andalucía". En esos puntos se incluyen medidas como transformar el Estado autonómico en un Estado de Derecho unitario, derogar la Ley de Memoria Histórica, deportar a los inmigrantes, cerrar mezquitas, incrementar el presupuesto de Defensa, suspender el espacio Schengen... es decir medidas xenófobas, racistas, antieuropeas y, en definitiva, provenientes de la ultraderecha más reaccionaria de Europa.
El juez Serrano ha avisado a Juanma Moreno que "cuando se presente, tendremos que haber hablado primero en la mesa de negociación" para la que Vox ya ha elegido incluso nombres. "Nos tendremos que sentar y apoyaremos el cambio de gobierno en esa investidura, pero primero planteando que haremos oposición en lo que no estemos de acuerdo y apoyaremos aquellas políticas conforme a nuestro programa y al compromiso que tenemos con 400.000 andaluces" que "ya se saben y conocen", ha añadido.
De la misma opinión es el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, que ha declarado que "las negociaciones con PP y Cs comienzan a partir de hoy, una vez constituida la Mesa" del Parlamento, y ha subrayado que "negociaremos punto por punto", porque desde Vox "no nos sentimos para nada responsabilizados u obligados a otros acuerdos que hayan podido pactar esas formaciones".
Para el líder del Partido Popular en Andalucía, Juanma Moreno, no supone ningún problema que Vox exija su espacio en las negociaciones ya que considera a la ultraderecha como una formación política muy cercana a sus planteamientos políticos.
Moreno, ha afirmado que “si todo marcha como está previsto y todos cumplimos, es más que previsible que yo sea el próximo presidente de la Junta de Andalucía”, dejando así caer que lo tiene todo hablado y que solo hay que esperar que nada se quiebre por el camino.
Después añadió que ahora toca "escuchar y dialogar" con Vox para conocer sus exigencias. "Hasta ahora hemos sabido que no quieren entrar en el Gobierno y sí tener representación en la Mesa con voz y voto", dijo. "Vox tiene representación en el Parlamento porque así lo han querido más de 400.000 andaluces, por lo que tenemos que dialogar con ellos”, abundó.
Sin embargo para su socio de Gobierno, Ciudadanos, sí supone un escollo importante tener que aceptar otras exigencias de un partido ultraderechista. Juan Marín, líder de la formación Naranja en Andalucía defendió ayer que el acuerdo al que han llegado es solo con el Partido Popular y que no aceptarían bajo ningún concepto que se tocara ni una sola coma del documento programático. Más tarde, sabiendo que los votos de Vox les son imprescindibles, suavizó su posición al afirmar que "a lo largo de la legislatura se pueden incorporar más medidas y propuestas, que desde la discrepancia con el PP en determinadas cuestiones haya cosas en las que no estemos de acuerdo como grupos". Pero Marín ha querido insistir que Ciudadanos "no tiene ningún pacto con Vox".
Ya desde Europa el grupo liberal en el que se integra Ciudadanos lleva advirtiendo semanas a la formación española que bajo ningún concepto se debe acordar nada con la ultraderecha anti europea, donde colocan a Vox. Pero ayer mismo llegó desde Barcelona otra advertencia aún más clara. Proviene del flamante "fichaje" de ciudadanos para la alcaldía de Barcelona, Manuel Vals. En unos mensajes en Twitter Vals dejó claro que "la entrada de Vox en la mesa del Parlamento, a pesar de que responde al resultado de las urnas, es una mala noticia para España y para Europa". El dirigente ha seguido diciendo que "Desde mi plataforma, @vallsBCN_2019, me he mostrado partidario de que en España y en Catalunya se aborden pactos de Estado entre las fuerzas constitucionalistas que marquen distancias con los populistas de la izquierda, los separatistas y los ultras de la derecha más reaccionaria (...) No aceptaré a nadie que dé legitimidad a estos grupos radicales. Todo acuerdo programático o de gobierno con Vox sería, en cambio, un error político y una incongruencia moral. Sería incompatible con los valores europeos que muchos de nosotros defendemos. Es mejor perder votos, o incluso el gobierno, que traicionar las propias convicciones y los valores democráticos. Este es un principio que debería aplicarse siempre en España; hoy en Andalucía, así como en Cataluña y en Barcelona".