El mismo jueves 20 de diciembre, los 180 diputados del bloque de la moción de censura, se volvieron a unir para aprobar la senda de déficit. Un nuevo fracaso para PP y Cs. Al día siguiente, varios miembros del gobierno de Pedro Sánchez, se reunieron con varios consellers de Cataluña y apostaron por un acercamiento político en el marco de la seguridad jurídica, según manifestaron a la prensa. Segundo fracaso para PP y Cs que están ansiosos por reactivar el artículo 155 y suspender el gobierno de la Generalitat.
Ese mismo día, Sánchez y todo su gobierno, desembarcan en Barcelona y realizan allí el Consejo de Ministros, de igual manera que unas semanas antes se hizo en Sevilla, y unas semanas después, se anuncia, será realizado en Extremadura. PP y Cs, ese día se frotaban las manos esperando grandes disturbios, rechazo y protestas que paralizarían toda Cataluña. Pero los altercados fueron incluso menores que en otras jornadas anteriores normales y corrientes. Otro chasco para la derecha que es partidaria de “palo y tente tieso”, nada de diálogo, nada de negociación, mano dura y policía a mansalva.
La realidad les volvió a jugar a la contra, los CDR hicieron algo de ruido, apretaron pero con mucha menor intensidad que otras veces. Apenas hubo ocho detenidos y unos pocos heridos menores. Se cortaron algunas carreteras y la AP-7 pero de forma mucho más liviana que semanas antes. El cordón de seguridad en torno a la Llotja del Mar, donde se celebró el Consejo de Ministros, se mantuvo firme y las tres cuerpos de seguridad del Estado, mossos, policía y guarda urbana, así como la guardia civil en los exteriores, funcionaron coordinadas como un reloj suizo consiguiendo mantener la ciudad en paz, con manifestaciones pacíficas.
Con estos antecedentes, el encuentro de Pedro Sánchez y Quim Torra a todas luces ha devuelto la iniciativa al gobierno central, ha destensionado Cataluña y ha abierto, que duda cabe, vías de diálogo donde sólo había enfrentamiento, desconfianza y desafios.
Incluso los independentistas de la huelga de hambre en la prisión de Lledoners, levantaron su huelga, a petición de los ex presidentes catalanes. Y aunque nadie se atreve a darlo por hecho, cada vez está más claro que darán luz verde a los Presupuestos, tras sellar ese acercamiento político en el marco de la seguridad jurídica. El presidente Sánchez ha dejado claro que presentará los PGE al Congreso en enero, y la oposición conservadora ha entrado en pánico a que sean apoyados por ERC, PdCat, los nacionalistas vascos y Podemos.
Cuanto más acercamiento hay entre Sanchez y la resolución territorial, más descolocados se encuentran Casado y Rivera. En tono desencajados, denuncian sin parar que Sánchez está negociando con los nacionalistas catalanes, como si Aznar y Rajoy no hubieran negociado toda la vida con Jordi Pujol, o como si los votos que hay tras los diputados catalanes no fueran tan legales como los que hay tras Ciudadanos o Partido Popular. Incluso se atreven sin complejos a decir que “el gobierno ha traicionado a España” por el solo de hacer el Consejo en Cataluña.
Tanto Pablo Casado como Albert Rivera dieron la impresión de tener escritos de antemano los discursos tales como “Torra tiene secuestrada a Cataluña. Un día triste que empezó con la imagen de la humillación, de la claudicación, un presidente aceptando la tesis de que Cataluña y España son dos naciones. Un presidente capaz de cualquier cosa para seguir unos minutos más en la Moncloa”, dijo Rivera contrariado sin ningún disimulo.
Pablo Casado también se fue un poco de guión ya que en lugar de alegrarse de que los independentistas más radicales estuvieran indignados y se enfrentaran a su presidente Torra, por ser condescendiente con el Gobierno Central, y por tanto se evidenciara división entre ellos, lo que significa debilitamiento, esto le enfureció tanto que llegó a clamar: ”indignación, incredulidad, sorpresa y vergüenza ajena, el Gobierno está protagonizando una traición a la nación española”, dijo sin despeinarse un solo pelo . En cuanto al Consejo de Ministros, Casado lo llamó el "Consejo de la Vergüenza".
Ni media palabra les merecieron a los jefes de la oposiciòn, las medidas aprobadas en Consejo de Ministros, tales como la subida del Salario Medio Interprofesional, hasta los 900 euros, cambiar el nombre del aeropuerto de Barcelona y ponerlo Josep Tarradellas, la subida salarial de los funcionarios, entre otras. Lo que más teme la derecha es que Sánchez agote la legislatura y que hasta entonces consiga poner en marcha una serie de Decretos Ley sociales que encandilen a la población y pueda ganar las elecciones en 2020. Por su lado, Sánchez y los socialistas, saben que aunque hasta ahora, caminan en la cuerda floja les está yendo bien, y suben en las encuestas, pero temen tambien que podrían caer presa de la pinza entre la derecha, la mas derecha y la extrema derecha, de modo que al final, con una triple alianza con la extrema derecha, todos estos avances sociales no sirvan para nada.