La primera ministra británica necesita tiempo para buscar el apoyo de la Cámara de los Comunes que dé luz verde al Acuerdo de Retirada de la Unión Europea. Mientras tanto, la justicia europea ha avalado que se pueda revocar el brexit de manera unilateral.
La primera ministra británica, Theresa May, ha decidido aplazar la votación en la Cámara de los Comunes al Acuerdo de Retirada de la Unión Europea que negoció con las autoridades comunitarias. Este aplazamiento se debe a que, en estos momentos, May no cuenta con apoyos suficientes para aprobarlo y necesita más tiempo para buscar esos apoyos. La premier británica siempre ha apostado por seguir adelante con el actual proceso de desconexión europeo cueste lo que cueste. Pero si no consigue que se apruebe la hoja de ruta negociada con Bruselas el camino de salida podría convertirse en tortuoso para los ciudadanos del Reino Unido.
Ya cuando firmó con la Comisión Europea el importante acuerdo avisó que este era el único camino posible, incluso el Banco de Inglaterra auguraba hace pocas semanas que, de no aceptar los términos acordados con Europa, es decir, un bréxit sin acuerdo, la economía de las islas se resentiría durante décadas. Sin embargo, los parlamentarios ingleses no quieren dar su apoyo a este plan. Los euroescépticos apuestan por la vía unilateral y no quieren asumir las exigencias de sus hasta hoy socios. Y en el lado opuesto, están los laboristas que, como anunciaba este fin de semana Jeremy Corbyn no quieren aprobar el plan de salida con la esperanza de poder convocar otro referéndum que les dé la posibilidad de echar marcha atrás y parar la salida de la Unión.
Precisamente, esta mañana, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha sentenciado que el Gobierno británico puede frenar su salida sin el permiso de sus socios comunitarios hasta el 29 de marzo de 2019 fecha en que se haría efectiva su salida.
El Tribunal europeo ha decidido que el Reino Unido tiene la posibilidad de revocar el brexit de manera unilateral en cualquier momento durante estos meses. “Tal revocación, decidida de acuerdo con sus propios requisitos nacionales, tendría el efecto de que Reino Unido seguiría en la UE en los mismos términos sobre su ‘status’ como Estado miembro”, ha puntualizado el tribunal.
Con esta sentencia, que no tiene posibilidad de recurso, la justicia europea vuelve a poner en manos de los británicos la posibilidad de repensar la situación y finalmente no ejercer el brexit. Esta sentencia viene a contestar a una cuestión que planteo el Tribunal Superior escocés para que le aclarasen si el Reino Unido podría revertir el proceso de forma unilateral, tal y como plantean una serie de parlamentarios escoceses o si por el contrario se necesitaría la aprobación de todos los socios comunitarios.
Con esta decisión, se aclara la situación ya que desde algunos sectores se defendía que legalmente no era posible ya revocar el brexit si no era con el visto bueno unánime de los 27 países comunitarios. Sin embargo, la sentencia de la Justicia europea deja un margen de maniobra muy alto a Reino Unido para poder repensar su decisión. No obstante, en su sentencia, el Tribunal aclara que el acuerdo, de producirse, debería cumplir con los requisitos constitucionales nacionales y la decisión “inequívoca e incondicional” tiene que ser comunicada por escrito al "resto de jefes de Estado y de Gobierno de la UE”.