Una sociedad progresa tanto como lo hacen sus ciudadanos con mayor grado de vulnerabilidad. En una Comunidad de Madrid donde tras la crisis se han aumentado las diferencias, los datos macroeconómicos de crecimiento distan mucho de la justicia social necesaria para calificar a esta Comunidad como una región que luche por la igualdad.
En uno de los ataques a la distribución de competencias del entorno local (y a su presupuesto) la Comunidad de Madrid decidió quitar las encomiendas de gestión a las Mancomunidades de Servicios sociales y ayuntamientos que se encargaban de desarrollar las ayudas a las personas dependientes madrileñas.
En una posterior etapa, han vuelto a quitarnos la competencia para valorar el grado de la dependencia, paso previo a poder recibir las ayudas.
La Ley de Dependencia generó un derecho que la Comunidad de Madrid no está otorgando a su ciudadanía como debería. Este cambio de competencias ha llevado a que lo que las Mancomunidades como la THAM (que presta los servicios sociales de Torrelodones, Alpedrete, Hoyo de Manzanares y Moralzarzal) hacíamos en un mes, valorar y empezar el servicio o la ayuda, ahora tarde seis meses y hasta dos años, respectivamente.
En el despacho del Ayuntamiento, de puertas abiertas, suelen visitarme personas a las que la Comunidad de Madrid no está dando respuestas, al ser el Ayuntamiento la administración cercana. Por ejemplo, J.F.L., octogenario con múltiples afecciones de salud y la determinación, escasa en su opinión, de un grado 3, que no está recibiendo ninguna ayuda después de tener su valoración hecha desde febrero de 2017.
Lo que más nos duele es la falta de respuestas de la Consejería de Políticas Sociales y Familia, que ya ni responde nuestras misivas pidiendo soluciones. Ni desde la presidencia de la Mancomunidad exigiendo la recuperación del servicio, ni desde la ciudadanía preguntando por la situación individual.
Desde el Pleno del Ayuntamiento y desde el grupo parlamentario socialista en la Asamblea de Madrid ya hemos denunciado esta falta de gestión en innumerables ocasiones. Me temo que hasta mayo de 2019 no llegaremos a una solución justa. Es intolerable que sigamos así.