Tras el intento de cruzar la frontera con Estados Unidos, al menos 500 integrantes de la
Caravana de Migrantes fueron repelidos con
gas lacrimógeno por policías estadounidenses en el puerto fronterizo de
San Isidro, entre San Diego y Tijuana.
La tensión sigue subiendo en la forntera entre México y Estados Unidos a cuenta de los migrantes que han recorrido cientos de kilómetros para intentar entrar en el país americano. Las primeras caravanas de migrantes llegadas desde centroamérica ya está a las puertas de EEUU. Y algunos han intentado entrar al país de forma violenta y no dudaron en romper el cerco de la Policía mexicana con la intención de entrar ilegalmente. Pero el gobierno estadodunidense cerró la frontera y la policía mantiene a los elementos federales desplegados.
Las autoridades mexicanas, a través de la Secretaría de Gobernación, dieron a conocer que los indocumentados que violaron la ley nacional serán deportados, mientras que el presidente Donald Trump indicó que los países de donde son provenientes las caravanas de migrantes deben prevenir que no se formen estas agrupaciones.
Será personal del Instituto Nacional de Migración (INM) en México, quien procederá para deportar de forma inmediata a todas aquellas personas que fueron identificadas de participar en los hechos violentos del pasado domingo.
Cabe recordar que el acuerdo era que los migrantes debían quedarse en territorio mexicano, hasta que formalicen sus solicitudes de asilo, pacto que no ha tenido lugar según indicaron las autoridades desde el otro lado de la frontera.
Mientras tanto el alcalde de Tijuana decretó una crisis humanitaria ante los hechos que se han registrado durante las últimas semanas en torno a este fenómeno de migración y Washington mantiene la zona limítrofe vigilada. Miles de migrantes continúan llegando a Tijuana.