Reivindicar las condiciones laborales y el futuro del empleo propio es un ejercicio democráticamente sano y socialmente conveniente. La libertad de expresión, de reunión y el derecho de huelga deben ser sagrados en cualquier país que se diga democrático y en cualquier sociedad moderna y avanzada. Pero la libertad de expresión es bidireccional. Si bien existe el derecho a la protesta pacífica, debe hacerse compatible con el derecho del protestado a expresarse. Ayer en la localidad sevillana de San Juan de Aznalfarache esta segunda premisa no se cumplió.
Un grupo de taxistas, colectivo que de un tiempo a esta parte se viene manifestando contra el otorgamiento de licencias VTC que permiten operar a empresas como Uber o Cabify, se plantó ayer en la puerta del teatro municipal para hacer visibles sus reivindicaciones. La diferencia en la tarde de ayer fue que impidieron realización del mitin previsto. Intentando entrar, golpeaban insistentemente las puertas mientras gritaban “No pasa nadie” e insultos de todo tipo. Ante la falta de seguridad de un teatro que ya se encontraba prácticamente lleno, el PSOE de Andalucía se vio obligado a suspender el acto. Un hecho así no se había producido nunca en campaña electoral, ni siquiera cuando otras protestas sociales y sindicales se hacían visibles en todo tipo de actos. Ni los trabajadores de Delphi en 2014. En 2011, José Antonio Griñán, entonces Presidente de la Junta de Andalucía, tuvo que cancelar anticipadamente dos actos por las protestas de los trabajadores de Santana Motor. Pero nunca durante la campaña electoral se había producido la no celebración de un mitin.
La Presidenta y candidata socialista, Susana Díaz, ha colgado en las redes sociales un vídeo manifestando su condena de los hechos y haciendo un llamamiento al respeto a la libertad de expresión de todos.
Juanma Moreno, presidente del PP andaluz y candidato en estas elecciones, ha expresado su respeto por la libertad de expresión.