El Ejecutivo de Theresa May y las autoridades europeas han encontrado una solución sobre la frontera entre las dos Irlandas, el principal obstáculo para acordar las condiciones del Brexit
Lo que hace unas semanas parecía una quimera es ahora una realidad.
Las autoridades europeas y los negociadores del Gobierno Británico han alcanzado un principio de acuerdo para que el
Brexit británico de la Unión se realiza de forma
consensuada. El texto es un documento
"técnico" reconocen las partes y aún faltan flecos por cerrar, pero todos los miembros del Gobierno de Theresa May ya estudian los pormenores de la negociación.
A lo largo de la tarde de ayer, la
Primera Ministra Británica recibió uno por uno a todos sus ministros para darles en persona dicho documento. Algunos de ellos ya han criticado en privado el acuerdo alcanzado y amenazan con no respaldarlo, pero ninguno se ha atrevido aún a rechazarlo en público.
No ocurre lo mismo con los
conservadores euroescépticos, unionistas y laboristas que son contrarios a los términos fijados. El más contundente ha sido el líder de los
eurófobos y ex ministro de Exteriores Boris Jhonson. Su primer reacción no deja lugar a dudas "Vamos a estar en la unión aduanera, vamos a estar en la mayor parte del mercado único. Es un vasallaje. Por primera vez en mil años este Parlamento no va a poder decidir las leyes que rigen este país. Es una situación increíble, Significaría que acatamos normas y regulaciones de Bruselas sin que podamos decir nada. Es algo inaceptable para alguien que crea en democracia".
Lo que deja claro es que las diferencias incluso en el mismo seno del Gobierno británico son muy pronunciadas. Por ello, desde Bruselas aún no se quiere lanzar las campanas al vuelo y guardan un expectante silencio ya que aún no están convencidos de que Theresa May pueda convencer a su equipo de que este acuerdo alcanzado es la mejor manera de salir ordenadamente de la Unión Europea.
A pesar de este principio de acuerdo, la situación se encuentra en un punto muy complicado y no se prevé una salida clara. El Gobierno de May no cuenta con mayoría en el parlamento y necesita el apoyo de los 10 diputados del Partido Democrático del Ulster. Y la posición de esta formación es clara, no permitirán que Irlanda del Norte sea tratada de manera diferente al resto del Reino Unido.
Por su parte, los laboristas tampoco se lo pondrán fácil al
Gobierno conservador. El líder
Jeremy Corbyn anunciaba este mismo martes que esperaba a "ver los detalles de lo que se ha acordado. Pero dado lo caótico de las negociaciones es muy poco probable que sea un buen acuerdo para el país".
Hoy mismo, la Primera Ministra May ha convocado una
reunión urgente de su gabinete a partir de las tres de la tarde para valorar la propuesta. Mientras en la Unión Europea esperan a que se de por bueno el acuerdo y se pueda convocar una
cumbre de jefes de Estado extraordinaria para comenzar con este "divorcio pactado". Ya se baraja la fecha del 25 de noviembre.
Sin embargo, en Bruselas siguen con los preparativos por si finalmente Reino Unido no acepta las condiciones que se ofrecen desde la Unión y se tiene que producir lo que nadie quiere un brexit sin negociación.