Esta enfermedad, en su mayor parte respiratoria, suele afectar en temporadas de otoño e invierno y es transmitida al toser y al estornudar, y contra esto, la vacunación es lo más eficaz. El período de incubación es de 48 horas con una variación entre uno y siete días. Además, es necesario poner en práctica medidas higiénicas básicas para conseguir que no aumente su transmisión. Algunas de estas recomendaciones son: taparse la boca al toser o estornudar, lavarse las manos a menudo, no utilizar los pañuelos que has empleado para antes para estornudar…

Según la información de este mismo sistema, la gripe en la temporada pasada (2017-2018) en España, fue media/alta y se inició de forma temprana, a mediados de diciembre de 2017. Los menores de 15 años fueron finalmente el grupo de edad más perjudicado por esta enfermedad.

Dependiendo de las condiciones y edad del afectado, la enfermedad tendrá mayor o menor repercusión. Es decir, hay grupos de riesgo formados por personas mayores,menores de 65 años que presenten otras complicaciones, los que pueden transmitir la gripe a aquellos que tienen un alto riesgo y otros grupos a los que también se les recomienda la vacunación debido a su exposición al público, tales como Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, bomberos, servicios de protección civil, personas que trabajen en los servicios de emergencias o personal de instituciones penitenciarias.

Para que la vacunación cumpla su función correctamente y sea eficaz se debe utilizar siempre la vacuna que corresponde a la temporada en curso (2018-2019), ya que la composición puede no ser la misma de un año a otro, y repetir la vacunación todos los años en el cuarto trimestre.