El partido Vox llena con cerca de 10.000 personas la plaza de Vistalegre y presenta su programa en el que propone acabar con las autonomías o derogar la Ley de Violencia de Género.
A lomos del racismo, la xenofobia, el patriotismo y de otros mensajes populistas, el partido de extrema derecha Vox llenó en la mañana de ayer la plaza de toros de Vistalegre, lo que supone una demostración de su creciente apogeo y de que la ultraderecha populista que triunfa en otros países de Europa ya ha llegado a España.
El presidente de la formación, Santiago Abascal, se dio un baño de masas y lanzó mensajes de fácil calado entre sus fieles con la intención de conseguir representación parlamentaria en las próximas elecciones generales.
Abascal hizo un llamamiento a “señalar a los culpables de la división y ruina de España” y a “combatirles”. Para Vox, todos son enemigos y por ello anuncia sin ambages que quiere acabar con ellos. Con los independentistas catalanes que quieren romper España y a los que Vox quiere ilegalizar; con los “traidores” del PSOE, con la “derechita cobarde” del PP o con la “veleta naranja” de Ciudadanos.
Mientras los presentes le gritaban “presidente, presidente”, Abascal reivindicaba el papel de Vox como “herramienta al servicio de España” que será la encargada de “reconquistar su grandeza” e hizo un llamamiento a sentir “orgullo” por su país y a comportarse “con dignidad, decoro y honor”.
El presidente de Vox aprovechó su momento de gloria para presentar las bases de su programa de gobierno, resumidas en 100 propuestas entre las que destacan: La eliminación de las Comunidades Autónomas, la derogación de la Ley de Violencia de Género, la deportación masiva de inmigrantes ilegales, la implantación de una Tarjeta Sanitaria única, la obligatoriedad de la enseñanza en español, la supresión de organismo feministas “radicales”, la derogación de la Ley de Memoria Histórica o la protección y defensa de la familia y la vida.
En resumen una lista de intenciones y también de incongruencias ya que, por ejemplo, defienden por un lado que los independentistas no rompan la Constitución y por otro la ruptura de la Carta Magna con la supresión de las Autonomías (reconocidas éstas por la Constitución).
Lo importante es que España no parece ser una excepción entre los países de Europa y ya tiene a una ultraderecha xenófoba, anti europea y fascista de la que preocuparse.